… Permitieron la locura.
Condenar lo incondenable por la interpretación
nefasta sin ver más allá del amor.
Vale que cayó azufre y ceniza
vale que allí nació la estatua de sal
vale que había pecado.
¿Pero qué es pecado para ti?
Al final, de lo que se trata
es de trascender al fuego del infierno
de ir con la cabeza alta
pasar de la moral y su desgobierno.
Amodos fue quemada por no se sabe bien
quién.
Luego interpretaron que dos hombres
no podían amarse y penetrarse
con placer sumo
para los que gustan.
¡Y quemó la ciudad!
Pero había un hombre santo
que interpeló por el resto
de los que no querían vivir  prestos
a trasluz de la moral  de los encantos.
Amodos de varios, uno o dos
que deciden por los demás
cómo vivir, comportarse,  además
y si no…. ¡Quema, quema, quema Dios!
Así la historia trascendió
como que la curiosidad mató a la mujer en sal
que hubo nubes negras
¡Sólo por curiosidad!
Así algunos de moral perversa
convierten una historia desmetaforizada
en el vice de su versa
por una moral al hombremujer desvalorizada.

Un abrazo.